Parte III. La salud de las mascotas en tiempos de COVID-19

Nuestro grupo de investigación está conformado por profesionistas de diversas áreas, aunque destaca la presencia de médicos veterinarios zootecnistas.  Por ello, entendemos que una  de las preocupaciones más recurrentes ante la actual pandemia de COVID-19 es la salud de nuestros animales de compañía. Para el siguiente número de esta serie especial sobre la pandemia de COVID-19, tres integrantes del grupo, Brenda Maya, Guillermo Orta y Roberto Márquez, unen esfuerzos para presentar información científica, cuidadosamente revisada, sobre el papel que pudieran desempeñar los animales de compañía en esta pandemia, así como las precauciones a tomar para nuestros compañeros peludos.

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Los perros y gatos tienen una estrecha relación con el ser humano, por lo que es importante estar informados de la asociación entre SARS-CoV-2 y nuestras mascotas.  Fotografía vía Pexels [CC BY-NC-ND 2.0]

Con la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 propagándose por todo el mundo es muy normal preocuparse por la salud de nuestras mascotas. La posibilidad de que el SARS-CoV-2 no sea exclusivo de seres humanos es una preocupación recurrente entre la gente que tiene perros y gatos como animales de compañía. Por ello, es importante investigar e informarse, para no poner en riesgo la salud y el bienestar de las especies domésticas que se encuentren en íntimo contacto con los seres humanos.

El relato de las mascotas y el SARS-CoV-2: ¿Qué es lo que sabemos?

En las últimas semanas diferentes medios de información han difundido información relacionada con la salud de las mascotas, destacando algunas revistas científicas de gran prestigio en la comunidad científica internacional. Hasta el momento, estos y otros medios han reportado algunas mascotas infectadas: dos perros en Hong Kong, un gato en Bélgica y dos gatos en Nueva York, EE. UU. Además de estos reportes, contamos con la primera publicación científica donde se evalua la capacidad del SARS-CoV-2 de infectar a distintos animales, entre ellos perros y gatos.

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La pandemia de la desinformación también afecta nuesta relación con las mascotas, y por tanto a ellos. Fotografía cortesía de Brenda Aline Maya Badillo ©

Entre los primeros reportes de mascotas infectadas se encuentra el de un gato en Bélgica, que resultó positivo para SARS-CoV-2 el 26 de marzo. De acuerdo a la investigación, el felino se infectó aproximadamente una semana después de que se diagnosticara al propietario con COVID-19. El gato presentó diarrea, vómitos y dificultad para respirar, tal y como lo anunciaron funcionarios de salud de Bélgica. Este mismo día en Hong Kong, el Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación informó sobre dos perros  infectados con SARS-CoV-2, indicando que se desconocía si los perros habían sido infectados por su propietario u otro ser humano.

Posteriormente, el virólogo Bu Zhigao y su equipo de trabajo del Instituto de Investigación Veterinaria Harbin, realizaron el primer estudio de la susceptibilidad de distintos animales a infectarse con el nuevo coronavirus. Los investigadores inocularon partículas virales infecciosas de SARS-CoV-2 a hurones, perros, gatos, cerdos, pollos y patos. Los resultados de este trabajo ayudan a esclarecer la situación mediática que están atravesando las mascotas en esta pandemia. Estos investigadores observaron que los hurones y los gatos son altamente susceptibles a la infección por SARS-CoV-2, a diferencia de los perros. Los cerdos, gallinas y patos no mostraron susceptibilidad al virus en este experimento (Shi et al., 2020).

De los cinco gatos que formaron parte del estudio de Bu Zhigao, dos recibieron eutanasia seis días después de la inoculación con el SARS-CoV-2, debido a que los investigadores detectaron material genético y partículas virales en las vías respiratorias de dichos individuos. Los tres gatos restantes fueron alojados junto con otros gatos no infectados (llamados centinelas o animales expuestos). Los investigadores detectaron material genético viral en uno de los gatos expuestos, lo que sugiere que, al estar en contacto con los gatos infectados, estos fueron capaces de excretar el virus y contagiar al gato expuesto. Además, estos cuatro gatos positivos también produjeron anticuerpos contra el SARS-CoV-2, con lo que se confirma la respuesta del sistema inmune de los felinos ante la infección viral.

Adicionalmente, el 22 de abril el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. (CDC) y los Laboratorios de Servicios Veterinarios Nacionales (NVSL) del Departamento de Agricultura y Ganadería de los Estados Unidos (USDA) anunciaron los dos primeros casos de SARS-CoV-2 en dos gatos domésticos en EE. UU. Reportaron que ambos gatos presentaron un cuadro respiratorio leve y que ambos se encontraban en recuperación. Estos gatos viven en dos áreas separadas dentro del estado de Nueva York, por lo que estas agencias de investigación concluyeron que pudieron haber sido infectados de manera separada por personas enfermas de COVID-19.

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Hasta el momento se han presentado casos aislados de mascotas infectadas de SARS-CoV-2 por personas en diferentes partes del mundo. De igual forma, se ha realizado sólo un estudio donde se evaluó la capacidad de infectarse con el virus, donde los gatos resultaron susceptibles a la infección. Sin embargo, con la información disponible hasta el momento, existe muy poca evidencia que sugiera la transmisión de SARS-CoV-2 de las mascotas a otras mascotas o a los humanos.  Ilustración elaborada por Roberto Ignacio Márquez Hernández ©

Entonces, ¿los gatos se enferman y transmiten al virus?

La viróloga Linda Saif de la Universidad Estatal de Ohio en Wooster, analizó a fondo el estudio del Dr. Zhigao y cuestionó los resultados que obtuvieron, argumentando que los resultados provienen de un número muy pequeño de animales que recibieron altas dosis de virus en el laboratorio y por tanto, no representan escenarios reales de interacción entre los humanos y sus mascotas. Por ello, esta viróloga concluye que no hay evidencia suficiente para concluir si los gatos infectados por SARS-CoV-2 son capaces de transmitirlo a las personas.

Para que la comunidad científica llegue a un consenso sobre los resultados y las conclusiones que se obtienen de diferentes estudios experimentales, se requiere de evidencia obtenida mediante análisis rigurosos, que generen datos de calidad que puedan considerarse aproximaciones muy cercanas a lo que se piensa que ocurre de manera natural.  Cuando los datos provienen de estudios con tamaños de muestra pequeños o con metodología poco clara, la interpretación de los resultados puede ser variable y llevar a conclusiones poco robustas.  Por ello, aunque el estudio sobre la susceptibilidad de animales domésticos al virus presenta resultados interesantes, se requeriría más investigación antes de poder determinar a qué grado los gatos son susceptibles al nuevo coronavirus y qué tan capaces son de transmitirlo al humano.  Esto se dice más fácil de lo que se hace, porque existen características propias del virus, de los hospederos y del ambiente que hacen a este sistema, además de interesante, sumamente complejo de estudiar.

Dentro de nuestras principales preocupaciones como profesionales de la salud, se encuentra la difusión del miedo injustificado ante la transmisión del SARS-CoV-2 de mascotas a humanos.  La cantidad de información falsa generada, y la facilidad con la que se difunde asemeja o incluso supera el comportamiento de la propia pandemia.  Esta mala información ha generado que muchos propietarios alrededor del mundo abandonen a sus mascotas. Jonathan Epstein, colaborador de nuestro Laboratorio y vicepresidente  de EcoHealth Alliance, hace mención de la importancia de mantener el enfoque en la transmisión de persona a persona, que es lo que se encuentra impulsando la pandemia por COVID-19 y no en las pocas mascotas que han sido detectadas como positivas al virus, debido a que no parecen tener un papel relevante en la pandemia. Sin embargo, no se descarta del todo la posibilidad de que este virus logre adaptarse a especies domésticas, sobre todo a las que tienen mayor contacto con el ser humano. De igual modo, es importante enfatizar que a pesar de que exista poca evidencia científica clara y contundente sobre la participación de perros y gatos en la enfermedad COVID-19, deben tomarse medidas preventivas para salvaguardar el bienestar y salud de nuestras mascotas al mismo tiempo que cuidamos de nosotros.

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Los gatos demostraron mayor susceptibilidad ante el desafío experimental de SARS-CoV-2. Sin embargo, distintos investigadores sostienen que no se puede asegurar que esta especie favorece la propagación del virus y que no se debe alarmar a las personas que tienen gatos como mascotas.  Fotografía cortesía de Guillermo Orta Pineda ©

 

¿Cómo se relacionan los coronavirus con perros y gatos?

Los coronavirus son miembros de la familia Coronaviridae. Su material genético es de ácido ribonucleico (ARN) o del inglés “Ribonucleic Acid” (RNA) de cadena positiva y son virus envueltos en una capa de proteínas. De acuerdo con el Comité Internacional de Taxonomía de Virus, existen cuatro géneros de coronavirus: Alfacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus. Esta clasificación se da en función de sus relaciones filogenéticas y estructuras genómicas. Mientras que los Alfacoronavirus y Betacoronavirus infectan solo a los mamíferos, los Gammacoronavirus y los Deltacoronavirus infectan mayormente aves. Sin embargo, algunos Gammacoronavirus y Deltacoronavirus también pueden infectar mamíferos (Cui et al., 2019).

Los perros son infectados por coronavirus del género Alfacoronavirus, que ya han sido estudiados a detalle, y se les conoce como Coronavirus canino tipo I (CCoV-I) y Coronavirus canino tipo II (CCoV-II). Estos virus provocan enteritis leve en esta especie, aunque existe una variante de enfermedad mortal asociada a una variante pantrópica del virus, es decir, una variante que tiene afinidad por muchos órganos. En el caso de los gatos, estos se ven afectados por coronavirus del género Alphacoronavirus, igualmente bien estudiados: el Coronavirus felino tipo I (FCoV-I) y Coronavirus felino tipo II (FCoV-II) (Decaro et al., 2015). En los gatos, estos coronavirus causan una enfermedad llamada peritonitis infecciosa felina (PIF), que es una enfermedad mortal y relativamente común (Doenges et al, 2015).

Estas enfermedades provocadas por coronavirus, reconocidas desde hace tiempo en perros y gatos, son controladas en las poblaciones de mascotas por medio de la vacunación. Existen diferentes presentaciones de estas vacunas que dependen del laboratorio que las produce. Estas se administran en el primer año de la vida de perros y gatos y deben ajustarse al calendario de vacunación que sugiera el Médico Veterinario de cada paciente. En este sentido, es importante recalcar la importancia que tiene la prevención de enfermedades en la tenencia de mascotas, ya que, sin duda alguna, la medicina preventiva es de suma importancia para mantener la salud y el bienestar de nuestros animales de compañía. Cabe mencionar que estas vacunas son específicas para los coronavirus I y II caninos, así como los coronavirus felinos I y II, respectivamente, por lo que no tienen ninguna función protectora contra el SARS-CoV-2.

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Representación gráfica de la asociación entre los diferentes géneros de coronavirus y los hospederos más comunes que estos infectan. El Coronavirus canino tipo I (CCoV-I) y tipo II (CCoV-2) que infectan a los perros, así como el Coronavirus felino tipo I (FCoV-I) y tipo II (FCoV-II) que infectan a los gatos pertenecen a los Alfacoronavirus.  Ilustración elaborada por Guillermo Orta Pineda ©

Finalmente, hasta que exista mayor conocimiento de los procesos de infección y transmisión de SARS-CoV-2 a otros hospederos como perros y gatos, el CDC y otras organizaciones como la OIE recomiendas las siguientes acciones para propietarios de animales domésticos:

  • No permitir que las mascotas interactúen con personas u otros animales fuera de casa.
  • En los paseos de los perros debe ser obligatorio el uso de correa (esto es recomendable todo el tiempo con o sin pandemia) y se debe mantener sana distancia con otras personas y animales.
  • Evitar parques para perros o lugares públicos donde se reúne una gran cantidad de personas y perros.
  • Mantener a los gatos en el interior de las casas cuanto sea posible para evitar que tengan contacto con otros animales o personas. Esta sugerencia se extiende a los periodos en ausencia de la pandemia.
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Durante esta pandemia de COVID-19 es importante seguir las recomendaciones de Organizaciones encargadas de la salud humana y anima.  Fotografía vía Pixabay [CC BY-NC-ND 2.0]

En resumen, con la información disponible a la fecha, no es posible determinar el papel que pueden estar desempeñando las mascotas como perros y gatos en la transmisión  y el mantenimiento del virus en los sitios que han sido afectados por la pandemia.  En el caso específico de los gatos, a la fecha no hay ninguna evidencia de que los felinos puedan trasmitir SARS-CoV-2 a humanos.  Sin embargo, a nivel mundial sí existe el reporte de al menos 4 casos de gatos confirmados con SARS-CoV-2 que probablemente se infectaron por una convivencia cercana con personas afectadas por COVID-19.  Este número es bajo si se considera que, tan sólo en EE. UU. se estima que hay aproximadamente 90 millones de felinos viviendo como mascotas (cabe mencionar que para obtener un estimado real de la susceptibilidad de los felinos al nuevo coronavirus, se tendría que hacer un estudio masivo en varios continentes, para determinar la presencia de este virus en los felinos).  Pero como dice el dicho, “es mejor prevenir que curar”, la recomendación para mantener a nuestras mascotas a salvo es seguir las medidas básicas de limpieza y sana distancia para asegurar  la salud y el bienestar de las personas y nuestras mascotas. Estamos convencidos de que con el paso del tiempo y con los futuros resultados de las investigaciones científicas, el camino para encontrar la respuesta a la incógnita que gira en torno a las mascotas y el SARS-CoV-2 será más corto.


Sobre los autores:

Brenda Aline Maya-Badillo es MVZ. Maestra en Ciencias por parte de la UNAM. Sus actuales trabajos de investigación se enfocan en la eco-epidemiología del virus de influenza A en la interfaz entre animales silvestres y domésticos bajo los efectos de la antropización del paisaje y la emergencia viral.

Guillermo Orta-Pineda es MVZ y estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias de la Producción y de la Salud Animal en la FMVZ-UNAM. Estudia los efectos de las modificaciones de paisajes tropicales sobre la estructura de las comunidades de mosquitos selváticos y la diversidad arboviral bajo enfoques ecológicos, metagenómicos y de percepción remota.

Roberto Ignacio Márquez-Hernández es MVZ y estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de la Producción y de la Salud Animal de la FMVZ-UNAM. Trabaja en la evaluación de sistemas de producción animal sustentables en territorios de montaña mediante la evaluación e identificación de interacciones entre diversos servicios ecosistémicos.


¿Quieres saber más de los coronavirus? Sigue nuestro próximo número del blog, estamos haciendo una serie especial sobre el SARS-CoV-2 y la enfermedad que causa.

Para conocer más medidas de cuidado para las mascotas en tiempo de la pandemia, haz click aquí.


Agradecemos al equipo editorial del blog del Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud, en especial al Dr. Rafael Ojeda y a Paulina Pontifes, por su apoyo en la edición del texto y la revisión de fuentes.

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